" Casi todo lo humano está en la infancia. Cuando esa etapa ha sido feliz, sana, llena de afecto y bien enfocada, uno sale fuerte para todo ".

Enrique Rojas

lunes, 15 de febrero de 2010

Poemas de Hugo Mujica

ALBA

Quieto,

como no moviéndose

para que la sangre no rebase

la boca

Quieto,

como sintiendo un pájaro

herido

en la palma de la mano

Sin cerrar la mano

Sin abrir los ojos.

Hay una fe que es absoluta:

Una fe sin esperanza.



HAY PERROS QUE MUEREN DE LA MUERTE DE SU AMO

Hay perros

que mueren de la muerte de su amo

cuerpos que no hacen el amor,

hacen el miedo

que no se agitan,

tiemblan.

Y hay hombres

en los que muere dios

como una gota de lacre

sobre el pecho

de un torso de mármol,

son los que lloran cuando creen

estar hablando,

o gritan soñando, pero al alba

olvidan el grito

con que encendieron la noche.

Hay hombres en los que gime dios

Por no encontrar un hombre

donde morir de carne,

Pero no llora como quien lo hace

Solo,

Llora como quien llora abrazado a un niño.


HACE APENAS DÍAS

Hace apenas días murió mi padre,

hace apenas tanto.

Cayó sin peso,

como los párpados al llegar

la noche o una hoja

cuando el viento no arranca, acuna.

Hoy no es como otras lluvias

hoy llueve por vez primera

sobre el mármol de su tumba.

Bajo cada lluvia

podría ser yo quien yace, ahora lo sé,

ahora que he muerto en otro.



ORILLAS

Afuera ladra un perro

a una sombra, a su eco

o a la luna

para hacer menos cruel la distancia.

Siempre es para huir que cerramos

una puerta,

es desierto la desnudez que no es promesa

la lejanía

de estar cerca sin tocarse

como bordes de la misma herida.

Adentro no cabe adentro,

no son mis ojos

los que pueden mirarme a los ojos,

son siempre los labios de otro

os que me anuncian mi nombre.



NIEVE AL VIENTO

Copos de nieve al viento,

caen desde su ahora,

caen sobre su aquí.

Cuando no hay ayer, cuando

hoy es olvido,

no hay con qué imaginar mañanas:

hay sólo lo que siempre hay,

hay este estar naciendo.



INFANCIA

Llueve

y al árbol le pesan sus hojas,

a los rosales sus rosas.

Llueve

y el jardín huele a infancia,

a cercanía de todos los milagros,

a ausencia de todas las memorias.



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