" Casi todo lo humano está en la infancia. Cuando esa etapa ha sido feliz, sana, llena de afecto y bien enfocada, uno sale fuerte para todo ".

Enrique Rojas

martes, 23 de febrero de 2010

POEMAS DE ANA MARÍA NAVALES

Poema Poemas (i) de Ana Maria Navales


Mi ventana se asoma a Regent′s Park.
Soy esa piedra que nace junto al hombre,
un ojo tras otro por el camino
de luciérnagas estériles. Gotea su llanto
sobre el césped oscuro de mi piel,
y muere en la curva del día
a las puertas del infierno.
Perdidos estamos en la mirada de la fuente,
abriendo en el agua estelas de palabras.
Extraños, moribundos,
pájaros secos entre hileras de sombras,
dóciles al oleaje del vino y al recuerdo
que adorna la tarde de frágiles tormentas.
El viento derriba biombos y nombres
desencadena las hojas, despeina el río,
corre hacia mí, enamorado y solo,
aulla lenguajes clandestinos. Arranca mi vida
y deposita en el horizonte su fuego
de sedientas palomas olvidadas.




Poema Tu Mano Recoge De Mi Piel El Tiempo...


Tu mano recoge de mi piel el tiempo,
incansable borra todo viejo amor
y regresa de la caricia como una alondra
que se debate en lo oscuro
sin encontrar la luz de la mañana
Después, serena mi cabello
en algún odio enmarañado
y llama a esa niña que enciende sus ojos
con tu boca y reza silencios
cuando los labios se acercan a tu nombre.




Poema Antes De Escribir El Poema


Antes de escribir el poema,
con el lápiz en la mano
y el silencio hecho palabra,
me pregunto a quién demonios
interesa si este mar
ya no es azul ni si mi vida
de hoy es la que antes era.
Y si es lamento
o violín lo que suena
ahora en mi casa.
O a quién irán estos versos
y quién se aventurará conmigo
buscando esa luz inútil
que conduzca a una salida.
Éste es un viaje
sin más brújula que el viento
ni más compañía
que este miedo y esta noche.




Frases del libro: Poéticas del vació


" la poesía nos sobrepasa, nos abre desde
más hondo que nosotros mismos: nos
hace otros, nos altera naciéndonos".

" El poema muestra lo mirado, no la mirada,
hace sonar la música, no el instrumento".
(poéticas del vació- HUGO MIJICA)




La poesía desnuda las zonas mas profundas del existir humano, acaricia nuestra conciencia, nuestro oficio, la razón y hasta lo que no la tiene. Toca impulsos permitiéndonos descubrir lo que no es visible, hallar su esencia y al crearse lo crea. La poesía nace de todo aquello que se nos torna único e irrepetible. "la poesía siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que los descubre un verdadero poeta".

La poesía surge como una noción abstracta, como momento del espíritu y del sentimiento, surge como fragmento de la realidad y figura de las palabras a las que llamamos poema. El poema es el túnel por el cual desciende la poesía hecha visión, la actitud interior del poeta, el sendero para alcanzar una realidad ultima que dibuje nuestras vidas, las certifique e ilumine. Una forma de hacer todo distinto a nuestro alrededor, hacerlo a nuestra semejanza y antojo, es por medio de un poema.

La poesía es el sentimiento de nuestro ser, un ser abierto al silencio... el poeta se crea a sí mismo antes de escribir el poema.









Definición de palabras desconocidas

Un concepto:

Es una unidad cognitiva de significado, una idea abstracta o mental que a veces se define como una "unidad de conocimiento".

Los conceptos son construcciones o imágenes mentales, por medio de las cuales comprendemos las experiencias que emergen de la interacción con nuestro entorno, a través de su integración en clases o categorías relacionadas con nuestros conocimientos previos.
La formación del concepto está estrechamente ligada al contexto; esto significa que todos los elementos, incluyendo lenguaje y cultura, y la información percibida por los sentidos que sea accesible al momento en que una persona construye el concepto de algo o alguien, influyen en la conceptualización. El conocimiento de la experiencia siempre es concreto, tiene una referencia a una cosa, una situación o algo que es único e irrepetible; la experiencia siempre es subjetiva.

Definición de Onírico:

Dícese de cuanto se relaciona con los sueños, ensueños y ciertas situaciones imaginativas de carácter inconsciente.

Definición de Aliteración:

La Aliteración es una Figura Retórica que consiste en repetir y/o combinar varios sonidos a lo largo de una misma frase. Su objetivo es conseguir un efecto lírico sonoro.


Ejemplos de Aliteración:

1. "en el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba"

2. mi mamá me mima...

3. "los claros clarines de pronto levantan sus sones"

4. "de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada"

5. "estaba tan embebido
tan absorto y enajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado
y el espíritu dotado
de un entender no entiendo
toda ciencia trascendiendo"

Asonancia

Identidad únicamente de las vocales, a partir de la última sílaba acentuada, en la rima de dos versos. Correspondencia de un sonido con otro. Asonancia - (o rima asonante). Sonido es idéntico en vocales silábicas, empezando con la última vocal acentuada.

Rima asonante. Se dice que riman de forma asonante las palabras en las que coinciden las vocales acentuadas de cada sílaba a partir de la última

Una consonante

Es el sonido de la lengua oral que se produce por el cierre o estrechamiento del tracto vocal al acercar o poner en contacto los órganos ligados con la articulación provocando una turbulencia audible. En otras palabras, una consonante es un tipo de letra del abecedario.

La palabra consonante significa en latín “sonar junto con”, y tiene que ver con la idea de que las consonantes no tienen en sí mismas un sonido, sino que siempre deben ir acompañadas de una o más vocales – la otra clase de letras – para tener significado. Esto sucede más puntualmente en el idioma español, ya que en otras lenguas existen palabras que carecen de vocales.

En música, la consonancia es una noción subjetiva que depende de circunstancias culturales, según la cual se considera ciertos intervalos.

Una imagen

es la representación visual de un objeto, una persona, un animal o cualquier otra cosa plausible de ser captada por el ojo humano a través de diferentes técnicas como ser la pintura, el diseño, la fotografía y el video, entre otras.

Hoy en día y como consecuencia del amplio desarrollo que en las últimas décadas han alcanzado las tecnologías vinculadas a la proyección y captación de imágenes es que al tiempo este que transcurre podemos calificarlo como dominado por todo aquello visual. Casi todo hoy pasa por la imagen, por supuesto, este contexto de excesivo cultivo por lo visual tiene sus aspectos positivos, como puede ser el hecho que en tan solo un instante se puede captar una realidad y compartirla con aquellos más próximos, pero por el otro lado y aquí si viene el aspecto negativo, esta situación ha generado que cuestiones como la reflexión y el pensamiento queden a veces relegadas ante la impronta que ha tomado lo visual.



miércoles, 17 de febrero de 2010

Poema de fruta



Tu belleza es tan sencilla y natural que la comparo con los frutos que me da la naturaleza,

tus labios son tan suaves y dulces que cuando te beso siento que me como un durazno de la mejor cosecha.

al admirar el hermoso color de tus ojos los confundo con una fresa en su mejor punto ya que se ve el rojo vivo de la pasión cuando no dejas de observarme,

y ni hablar de cuando me haces el amor, porque solo veo una manzana roja y grande que inspira a compararlo con tu inmenso corazón y con tu manera única de amar.


Ana Cristina Pérez Álvarez

lunes, 15 de febrero de 2010

La Imaginación e Imaginismo



La imaginación


(del latín imaginatĭo, -ōnis) es el ejercicio de abstracción de la realidad actual, supuesto en el cual se da solución a necesidades, deseos o preferencias. Las soluciones pueden ser más o menos realistas, en función de lo razonable que sea lo imaginado.

Si es perfectamente trazable, entonces recibe el nombre de inferencia; si no lo es, entonces recibe el nombre de fantasía.

Allí aparecen representados escenarios, personajes, objetos, e incluso emociones. En la imaginación es donde aparecen los distintos elementos que entran en juego a la hora de emitir una conclusión.

La imaginación juega un papel crucial en la comprensión de la vida. De un vistazo entendemos objetos y relaciones, y podemos sacar un juicio de valor más acorde a la realidad, que si no tuviésemos imaginación.



Iimaginismo


Movimiento poético que floreció en Estados Unidos e Inglaterra entre 1909 y 1917 como oposición al romanticismo. Fue liderado por los poetas estadounidenses Ezra Pound y, posteriormente, por Amy Lowell. Otros poetas imaginistas fueron los escritores ingleses D. H. Lawrence y Richard Aldington, y los poetas estadounidenses John Gould Fletcher y Hilda Doolittle. Todos ellos publicaron manifiestos y escribieron poemas y ensayos para respaldar sus teorías. Confiaban ante todo en el uso de imágenes precisas e incisivas como medio de expresión poética y preconizaban la exactitud en la elección de las palabras, la libertad temática y formal, y el uso del lenguaje coloquial. La mayoría de los poetas imaginistas cultivaron el verso libre, y se sirvieron de la asonancia y la aliteración, más que de esquemas métricos formales, para estructurar su poesía.

Poemas de Hugo Mujica

ALBA

Quieto,

como no moviéndose

para que la sangre no rebase

la boca

Quieto,

como sintiendo un pájaro

herido

en la palma de la mano

Sin cerrar la mano

Sin abrir los ojos.

Hay una fe que es absoluta:

Una fe sin esperanza.



HAY PERROS QUE MUEREN DE LA MUERTE DE SU AMO

Hay perros

que mueren de la muerte de su amo

cuerpos que no hacen el amor,

hacen el miedo

que no se agitan,

tiemblan.

Y hay hombres

en los que muere dios

como una gota de lacre

sobre el pecho

de un torso de mármol,

son los que lloran cuando creen

estar hablando,

o gritan soñando, pero al alba

olvidan el grito

con que encendieron la noche.

Hay hombres en los que gime dios

Por no encontrar un hombre

donde morir de carne,

Pero no llora como quien lo hace

Solo,

Llora como quien llora abrazado a un niño.


HACE APENAS DÍAS

Hace apenas días murió mi padre,

hace apenas tanto.

Cayó sin peso,

como los párpados al llegar

la noche o una hoja

cuando el viento no arranca, acuna.

Hoy no es como otras lluvias

hoy llueve por vez primera

sobre el mármol de su tumba.

Bajo cada lluvia

podría ser yo quien yace, ahora lo sé,

ahora que he muerto en otro.



ORILLAS

Afuera ladra un perro

a una sombra, a su eco

o a la luna

para hacer menos cruel la distancia.

Siempre es para huir que cerramos

una puerta,

es desierto la desnudez que no es promesa

la lejanía

de estar cerca sin tocarse

como bordes de la misma herida.

Adentro no cabe adentro,

no son mis ojos

los que pueden mirarme a los ojos,

son siempre los labios de otro

os que me anuncian mi nombre.



NIEVE AL VIENTO

Copos de nieve al viento,

caen desde su ahora,

caen sobre su aquí.

Cuando no hay ayer, cuando

hoy es olvido,

no hay con qué imaginar mañanas:

hay sólo lo que siempre hay,

hay este estar naciendo.



INFANCIA

Llueve

y al árbol le pesan sus hojas,

a los rosales sus rosas.

Llueve

y el jardín huele a infancia,

a cercanía de todos los milagros,

a ausencia de todas las memorias.



HUGO MUJICA

Nació en Buenos Aires en 1942. Estudió Bellas Artes, Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Esta gama de estudios se refleja en la variación de su obra que abarca tanto la filosofía, como la antropología, la narrativa como la mística y sobre todo la poesía.

Entre sus principales libros de ensayos se cuentan "Kyrie Eleison" (1991), "Kénosis" (1992), "La palabra inicial" (1995), "Flecha en la niebla" (1997), "Poéticas del vacío" (2002), "Lo naciente" (2007), "La casa y otros ensayos" (2008) y "La pasión según Georg Trakl" (2009). "Solemne y mesurado" (1990) y "Bajo toda la lluvia del mundo" (2008), son sus dos libros de cuentos.

Su obra poética, iniciada en 1983, ha sido editada en Argentina, España, Italia, Francia, México, Estados Unidos y Eslovenia, en 2005 Seix Barral la publicó en "Poesía completa. 1983-2004". Su vida y sus viajes han sido el material principal de su obra, hitos como el haber vivido y participado de la década de los 60 en el Greenwich Village de Nueva York, como artista plástico, o el haber callado durante siete años en el silencio de la vida monástica de la Orden Trapense, donde comenzó a escribir, son algunos de los mojones de su historia.


BIBLIOGRAFÍAS

1983. "BRASA BLANCA". Ed. Sitio del Silencio. (Poesía) -Agotado-

1984. "SONATA DE VIOLONCELLO Y LILAS". Ed. Sitio del Silencio. (Poesía) -Agotado-

1985. "CAMINO DEL NOMBRE". Ed. Patria Grande. (Ensayo) -Agotado-

1986. "RESPONSORIALES". Ed. El Imaginero. (Poesía. Prólogo de Humberto Días Casanueva) -Agotado-

1987. "ORIGEN Y DESTINO. De la memoria del poeta presocrático a la esperanza del poeta en la obra de Heidegger". Ed. Carlos Lohlé. (Ensayo) -Agotado-

1987. "ESCRITO EN UN REFLEJO". Ed. El imaginero. (Poesía) -Agotado-

1989. "CAMINO DE LA PALABRA". Ed. Paulinas. (Ensayo) -Agotado-

1990. "SOLEMNE Y MESURADO". Ed. Losada. (Cuentos. Prólogo de Ernesto Sábato)

1991. "KYRIE ELEISON". Ed. Troquel-Estaciones. (Ensayo)

1992. "KÉNOSIS". Ed. Troquel-Estaciones. (Ensayo)

1993. "PARAÍSO VACÍO" Ed. Troquel. (Poesía)

1995. "PARA ALBERGAR UNA AUSENCIA" Ed. Pre-textos. España. (Poesía) -Agotado-

1995. "LA PALABRA INICIAL. La mitología del poeta en la obra de Heidegger". Ed. Trotta. España. (Ensayo)

1997. "FLECHA EN LA NIEBLA. Identidad, palabra y hendidura". Ed. Trotta. España. (Ensayo)

1999. "NOCHE ABIERTA". Ed. Pre-textos. España. (Poesía)

2000. "NOTTE APERTA". Antonio Pellicani Editore. Roma, Italia.

2001. "SED ADENTRO". Ed. Pre-textos. España. (Poesía)

2002. "POÉTICAS DEL VACÍO" Ed. Trotta. España. (Ensayo)

2004. "CASI EN SILENCIO". Ed. Pre-textos. España. (Poesía)

2005. "POESÍA COMPLETA -1983-2004". Ed. Seix Barral.

2007. "LO NACIENTE. Pensando el acto creador". Ed. Pre-textos. España. (Ensayo poético)

2008. "BAJO TODA LA LLUVIA DEL MUNDO". Ed. Seix Barral. (Relatos)

2008. “POESIE SCELTE”. Raffaelli Editore. Rimini Italia. (Poesía)

2008. “WHAT THE EMBRACE EMBRACES”. Coimbra Editions. San Francisco U.S.A.

(Poesía)

2008. “LA CASA Y OTROS ENSAYOS”. Vaso Roto Ediciones. Monterrey, México.

2008. “PESMI”. Ed. Kud. Ljubljana, Eslovenia. (Poesía)

2009. “LA PASIÓN SEGÚN GEORG TRAKL. POESÍA Y EXPIACIÓN”. Ed. Trotta.

España. (Ensayo)

2009. “MÁS HONDO”. Vaso Roto Ediciones. México. (Poesía)

2010. “FRAGMENTOS DE LA CREACIÓN”. Ediciones Monte Carmelo. México



Rashòmon ( cuento de Ryunosuke)


Era un frío atardecer.

Bajo Rashòmon, el sirviente de un samurai esperaba que cesara la lluvia. No había nadie en el amplio portal. Sólo un grillo se posaba en una gruesa columna, cuya laca carmesí estaba resquebrajada en algunas partes. Situado Rashòmon en la Avenida Sujaku, era de suponer que algunas personas, como ciertas damas con el ichimegasa o nobles con el momieboshi, podrían guarecerse allí; pero al parecer no había nadie fuera del sirviente. Y era explicable, ya que en los últimos dos o tres años la ciudad de Kyoto había sufrido una larga serie de calamidades: terremotos, tifones, incendios y carestías la habían llevado a una completa desolación. Dicen los antiguos textos que la gente llegó a destruir las imágenes budistas y otros objetos de culto, y esos trozos de madera, laqueada y adornada con hojas de oro y plata, se vendían en la calle como leña. Ante semejante situación, resultaba natural que nadie se ocupara de restaurar Rashòmon. Aprovechando la devastación del edificio, los zorros y otros animales instalaron sus madrigueras entre las ruinas; por su parte, ladrones y malhechores no lo desdeñaron como refugio, hasta que finalmente se le vio convertido en depósito de cadáveres anónimos. Nadie se acercaba por los alrededores al anochecer, más que nada por su aspecto sombrío y desolado.

En cambio, los cuervos acudían en bandadas desde los más remotos lugares. Durante el día volaban en círculo alrededor de la torre, y en el cielo enrojecido del atardecer sus siluetas se dispersaban como granos de sésamo antes de caer sobre los cadáveres abandonados.

Pero ese día no se veía ningún cuervo, tal vez por ser demasiado tarde. En la escalera de piedra, que se derrumbaba a trechos y entre cuyas grietas crecía la hierba, podían verse los blancos excrementos de estas aves. El sirviente vestía un gastado kimono azul, y sentado en el último de los siete escalones contemplaba distraídamente la lluvia, mientras concentraba su atención en el grano de la mejilla derecha.

Como decía, el sirviente estaba esperando que cesara la lluvia; pero de cualquier manera no tenía ninguna idea precisa de lo que haría después. En circunstancias normales, lo natural habría sido volver a casa de su amo; pero unos días antes éste lo había despedido, no obstante los largos años que había estado a su servicio. El suyo era uno de los tantos problemas surgidos del precipitado derrumbe de la prosperidad de Kyoto.

Por eso, quizás, hubiera sido mejor aclarar: "el sirviente espera en el portal sin saber qué hacer, ya que no tiene adónde ir". Es cierto que, por otra parte, el tiempo oscuro y tormentoso había deprimido notablemente el sentimentalismo de este sirviente de la época Heian.

Habiendo comenzado a llover a mediodía, todavía continuaba después del atardecer. Perdido en un mar de pensamientos incoherentes, buscando algo que le permitiera vivir desde el día siguiente y la manera de obrar frente a ese inexorable destino que tanto le deprimía, el sirviente escuchaba, abstraído, el ruido de la lluvia sobre la Avenida Sajaku.

La lluvia parecía recoger su ímpetu desde lejos, para descargarlo estrepitosamente sobre Rashòmon, como envolviéndolo. Alzando la vista, en el cielo oscuro veíase una pesada nube suspendida en el borde de una teja inclinada.

"Para escapar a esta maldita suerte"- pensó el sirviente-, "no puedo esperar a elegir un medio, ni bueno ni malo pues si empezara a pensar, sin duda me moriría de hambre en medio del camino o en alguna zanja; luego me traerían aquí, a esta torre, dejándome tirado como a un perro. Pero si no elijo..." Su pensamiento, tras mucho rondar la misma idea, había llegado por fin a este punto. Pero ese "si no elijo..." quedó fijo en su mente. Aparentemente estaba dispuesto a emplear cualquier medio; pero al decir "si no..." demostró no tener el valor suficiente para confesarse rotundamente: "no me queda otro remedio que convertirme en ladrón".

Lanzó un fuerte estornudo y se levantó con lentitud. El frío anochecer de Kyoto hacía añorar el calor del fuego. El viento, en la penumbra, gemía entre los pilares. El grillo que se posaba en la gruesa columna había desaparecido.

Con la cabeza metida entre los hombros paseó la mirada en torno del edificio; luego levantó las hombreras del kimono azul que llevaba sobre una delgada ropa interior. Se decidió por fin a pasar la noche en algún lugar que le permitiera guarecerse de la lluvia y del viento, en donde nadie lo molestara.

El sirviente descubrió otra escalera ancha, también laqueada, que parecía conducir a la torre. Ahí arriba nadie lo podía molestar, excepto los muertos. Cuidando de que no se deslizara su katana de la vaina sujeta a la cintura, el sirviente puso su pie calzado con zöri sobre el primer peldaño.

Minutos después en la mitad de la amplia escalera que conducía a la torre de Rashòmon, un hombre acurrucado como un gato, con la respiración contenida, observaba lo que sucedía más arriba. La luz procedente de la torre brillaba en la mejilla del hombre, una mejilla que bajo la corta barba descubría un grano colorado purulento. El hombre, es decir el sirviente, había pensado que dentro de la torre sólo hallaría cadáveres, pero subiendo dos o tres escalones notó que había luz, y que alguien la movía de un lado a otro. Lo supo cuando vio su reflejo mortecino, amarillento, oscilando de un modo especial en el techo cubierto de telarañas. ¿Qué clase de persona encendería esa luz en Rashòmon, en una noche de lluvia como aquella?

Silencioso como un lagarto, el sirviente se arrastró hasta el último peldaño de la empinada escalera. Con el cuerpo encogido todo lo posible y el cuello estirado, observó medrosamente el interior de la torre.

Confirmando los rumores, vio allí algunos cadáveres tirados negligentemente en el suelo. Como la luz de la llama iluminaba escasamente a su alrededor, no pudo distinguir la cantidad; únicamente pudo ver algunos cuerpos vestidos y otros desnudos, de hombres y mujeres. Los hombros, el pecho y otras partes recibían una luz agonizante, que hacía más densa la sombra en los restantes miembros. Unos con la boca abierta, otros con los brazos extendidos, ninguno daba más señales de vida que un muñeco de barro. Al verlos entregados a ese silencio eterno, el sirviente dudó que hubiesen vivido alguna vez.

El hedor que despedían los cuerpos ya descompuestos le hizo llevar rápidamente la mano a la nariz. Pero un instante después olvidó ese gesto. Una impresión más violenta anuló su olfato al ver que alguien estaba inclinado sobre los cadáveres.

Era una vieja escuálida, canosa y con aspecto de mona, vestida con un kimono de tono ciprés. Sosteniendo con la mano derecha una tea de pino, observaba el rostro de un muerto, que por su larga cabellera parecía una mujer.

Poseído más por el horror que por la curiosidad, el sirviente contuvo la respiración por un instante, sintiendo que se le erizaban los pelos. Mientras observaba aterrado, la vieja colocó su tea entre dos tablas del piso, y sosteniendo con una mano, la cabeza que había estado mirando, con la otra comenzó a arrancarle el cabello, uno por uno; parecía desprenderse fácilmente.

A medida que el cabello se iba desprendiendo, cedía gradualmente el miedo del sirviente; pero al mismo tiempo se apoderaba de él un incontenible odio hacia esa vieja. Ese odio -pronto lo comprobó- no iba dirigido sólo contra la vieja, sino contra todo lo que simbolizase "el mal", por el que ahora sentía vivísima repugnancia. Si en ese instante le hubiera sido dado elegir entre morir de hambre o convertirse en ladrón -el problema que él mismo se había planteado hacía unos instantes- no habría vacilado en elegir la muerte. El odio y la repugnancia ardían en él tan vivamente como la tea que la vieja había clavado en el piso.

Él no sabía por qué aquella vieja robaba cabellos; por consiguiente, no podía juzgar su conducta. Pero a los ojos del sirviente, despojar de las cabelleras a los muertos de Rashòmon, y en una noche de tormenta como ésa, cobraba toda la apariencia de un pecado imperdonable. Naturalmente, este nuevo espectáculo le había hecho olvidar que sólo momentos antes él mismo había pensado hacerse ladrón.

Reunió todas sus fuerzas en las piernas, y saltó con agilidad desde su escondite; con la mano en su katana, en una zancada se plantó ante la vieja. Volviese esta aterrada, y al ver al hombre, retrocedió bruscamente, tambaleándose.

-¡Adónde vas, vieja infeliz! -gritó cerrándole el paso, mientras ella intentaba huir pisoteando los cadáveres.

La suerte estaba echada. Tras un breve forcejeo el hombre tomó a la vieja por el brazo (de puro hueso y piel, más bien parecía una pata de gallina), y retorciéndoselo, la arrojó al suelo con violencia:

-¿Qué estabas haciendo? Contesta, vieja; sino, hablará esto por mí.

Diciendo esto, el sirviente la soltó, desenvainó su katana y puso el brillante metal frente a los ojos de la vieja. Pero ésta guardaba un silencio malicioso, como si fuera muda. Un temblor histérico agitaba sus manos y respiraba con dificultad, con los ojos desorbitados. Al verla así, el sirviente comprendió que la vieja estaba a su merced. Y al tener conciencia de que una vida estaba librada al azar de su voluntad, todo el odio que había acumulado se desvaneció, para dar lugar a un sentimiento de satisfacción y de orgullo; la satisfacción y el orgullo que se sienten al realizar una acción y obtener la merecida recompensa. Miró el sirviente a la vieja y suavizando algo la voz, le dijo:

--Escucha. No soy ningún funcionario del Kebiishi. Soy un viajero que pasaba accidentalmente por este lugar. Por eso, no tengo ningún interés en prenderte o en hacer contigo nada en particular. Lo que quiero es saber qué estabas haciendo aquí hace un momento.

La vieja abrió aún más los ojos y clavó su mirada en el hombre; una mirada sarcástica, penetrante, con esos ojos sanguinolentos que suelen tener ciertas aves de rapiña. Luego, como masticando algo, movió los labios, unos labios tan arrugados que casi se confundían con la nariz. La punta de la nuez se movió en la garganta huesuda. De pronto, una voz áspera y jadeante como el graznido de un cuervo llegó a los oídos del sirviente.

--Yo, sacaba los cabellos... sacaba los cabellos... para hacer pelucas.

Ante una respuesta tan simple y mediocre el sirviente se sintió defraudado. La decepción hizo que el odio y la repugnancia le invadieran nuevamente, pero ahora acompañados por un frío desprecio. La vieja pareció adivinar lo que el sirviente sentía en ese momento y, conservando en la mano los largos cabellos que acababa de arrancar, murmuró con su voz sorda y ronca:

---Ciertamente, arrancar los cabellos a los muertos puede parecerle horrible, pero ninguno de éstos merece ser tratado de mejor modo. Esa mujer, por ejemplo, a quien le saqué estos hermosos cabellos negros, acostumbraba vender carne de víbora desecada en la Barraca de los Guardianes, haciéndola pasar nada menos que por pescado. Los guardianes decían que no conocían pescado más delicioso. No digo que eso estuviese mal pues de otro modo se hubiera muerto de hambre. ¿Qué otra cosa podía hacer? De igual modo podría justificar lo que yo hago ahora. No tengo otro remedio, si quiero seguir viviendo. Si ella llegara a saber lo que le hago, posiblemente me perdonaría.

Mientras tanto el sirviente había guardado su katana, y con la mano izquierda apoyada en la empuñadura, la escuchaba fríamente. La derecha tocaba nerviosamente el grano purulento de la mejilla. Y en tanto la escuchaba, sintió que le nacía cierto coraje, el que le faltara momentos antes bajo el portal. Además, ese coraje crecía en dirección opuesta al sentimiento que lo había dominado en el instante de sorprender a la vieja. El sirviente no sólo dejó de dudar (entre elegir la muerte o convertirse en ladrón) sino que en ese momento el tener que morir de hambre se había convertido para él en una idea absurda, algo por completo ajeno a su entendimiento.

--¿Estás segura de lo que dices?-- preguntó en tono malicioso y burlón.

De pronto quitó la mano del grano, avanzó hacia ella y tomándola por el cuello con rudeza:

--Y bien, no me guardarás rencor si te robo, ¿verdad? Si no lo hago, también yo me moriré de hambre.

Seguidamente, despojó a la vieja de sus ropas, y como ella tratara de impedirlo aferrándose a las piernas, de un puntapié la arrojó entre los cadáveres. En cinco pasos el sirviente estuvo en la boca de la escalera; y en un abrir y cerrar de ojos, con la amarillenta ropa bajo el brazo, descendió los peldaños hacia la profundidad de la noche.

Un momento después la vieja, que había estado tendida como un muerto más, se incorporó, desnuda. Gruñendo y gimiendo, se arrastró hasta la escalera, a la luz de la antorcha que seguía ardiendo. Asomó la cabeza al oscuro vacío y los cabellos blancos le cayeron sobre la cara.

Abajo, sólo la noche negra y muda.

Adónde fue el sirviente, nadie lo sabe.

Escrito en 1915.

Ryunosuke Akutagawa


Ryunosuke Akutagawa (1892-1927),fue un escritor japonés nacido en Tokio, en 1892. Realizó sus estudios en la Universidad de su ciudad natal.

En sus obras se describe y plasma las formas de vida del Japón feudal, en una mezcla de la antigua literatura japonesa con las influencias de la narrativa europea de autores como France, Wilde, Symonds, Loti. Sus escritos neorrealistas reaccionan contra el naturalismo y el neorromanticismo. Fue ensayista, poeta, crítico y cuentista, con estilo y técnica brillantes.

El primer cuento que publicó fue Rashomon, en 1915. Fue combinado con un relato posterior, "En el bosque", para ser usados como argumento para el rodaje de la película Rashomon (1950), dirigida por el director de cine japonés Akira Kurosawa.

Escribió otros cuentos como La nariz, Kesa y Moritò, En el bosque, El biombo del infierno. Su última obra importante fue El engranaje (1927), una fábula sobre criaturas semejantes a duendes que reflejaba su depresión de aquella época.

Se suicidó en julio de 1927.

En Argentina, muchos de sus cuentos fueron traducidos por el artista Kazuya Sakai.


domingo, 14 de febrero de 2010

Alvaro Uribe

México (Ciudad de México, 1953)

Nacido en Ciudad de México en 1953, se licenció en Filosofía por la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Al servicio del gobierno mexicano ha efectuado labores de agregado cultural de la embajada en Managua (Nicaragua) y ha sido consejero cultural en Francia.

En París editó la revista Altaforte, de publicación bilingüe español-francés. Sus obras gozan de gran consideración de crítica y público y han sido traducidas al francés, inglés y alemán. Obras suyas son Topos (1980), El cuento de nunca acabar (1981), La audiencia de los pájaros (1986), La linterna de los muertos (1988), Recordatorio de Federico Gamboa (1999), La otra mitad (1999) y La parte ideal (2006), entre otras. Con El taller del tiempo ganó el I Premio de Narrativa Antonin Artaud. Tanto esta como otras de sus obras (Por su nombre, La lotería de San Jorge y Expediente del atentado) han sido publicadas en España por Tusquets Editores.

Considerado uno de los mejores estilistas de su generación en México, su prosa fue abandonando cierta rigidez de sus primeros tiempos para llegar a ser cualificada de virtuosa por la crítica especializada.


Premios

Premio nadaísta de poesía Cassius Clay, 1967

Premio nacional de poesía Eduardo Cote Lamus, 1983

Premio nacional de poesía Universidad de Antioquia, 1983



Ha recibido numerosos homenajes y su obra ha sido profusamente antologada, estudiada y difundida en distintos libros, revistas, periódicos y medios audiovisuales. Por más de dos décadas ha ejercido como maestro tallerista de jóvenes poetas en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.